Iván Tapia Contardo
Presentación del libro
“El Pato Azul”, de
Darío Valdebenito
Iturrieta
A mediados de 1996, hace ya dieciséis años,
conocimos al poeta Darío Valdebenito Iturrieta. Llegó a nuestra casa en las
alturas, lo trajo un viento recio de Rodelillo hasta Playa-Ancha, donde nos
reuníamos un pequeño grupo de poetas. Traía un manojo de versos escritos a
máquina, la mayoría estructurados en cuartetos de rimas consonantes y de los
más diversos temas. Algunos databan de la década del setenta, porque él siempre
escribió. Esos papeles eran su tesoro y guardaban en ciernes los sentimientos e
ideas de lo que es hoy el autor de El Pato Azul: imaginativo, apasionado,
idealista, comprometido con la realidad, romántico, amante de la Naturaleza, prolífico.
En el poema
que da título a este libro, el poeta nos cuenta que él, como un escolar,
coloreó la figura del pato en azul y no amarillo, como todos la conocemos.
Jamás ha visto una de estas aves de ese color cielo. Cada persona puede tener
su pato o su alma, del color que quiera. El poeta declara su libertad de niño
rebelde. En poesía no importa ser diferente o mirar el mundo con otros ojos y
colorear la realidad a nuestro antojo. Cuando se es fiel a la propia visión,
encontramos la paz con nosotros mismos. Podemos ver una luz nueva para nuestra
creación, por pequeña que parezca. Así encontramos un descanso en medio del
fluir vertiginoso de la vida, un tiempo de silencio interior, sin ecos de
dolores mundanos.
El Pato creado
por el poeta, su alter ego, no es cruel como el amor frustrado y los
sufrimientos de la vida, sino tierno y cariñoso. Guarda silencio sabiamente,
prudente como el espejo. Este “doble” no reprocha, pero con suavidad, muestra
al poeta su sensibilidad. Sin embargo este personaje es tan real como el propio
autor. Le preocupa el diario vivir, la economía, la política, el deporte… Es
tan verdadero como el poeta y se confunde con él.
Confiesa, el
Pato… o el Poeta, ya no se sabe, que no le agrada ser el centro de las miradas,
que desdeña la farándula y jamás sería esa ave vanidosa que infla el pecho en
el Silabario. Desde niño, confiesa, quiso ser distinto y lo es, un Pato azul,
porque es su color favorito, el que tiñe sus dos inmensidades: el mar y el
cielo. Porque no ha perdido jamás su color, desde aquella vez que lo pintó,
cuando descubrió dentro de sí mismo ese ser alado y juguetón; porque ese Pato
azul es él mismo, al otro lado del espejo, auténtico y dulce, como un infante,
es que lo ama y no puede abandonarle. Aún más, le ha dado la palabra, lo ha
engalanado y desde ahora, quiere compartirlo con todos nosotros, los que amamos
la vida y la Poesía.
Antes de
finalizar estas palabras de presentación, permítanme leer un texto que bien
podría estar dedicado a éste, su primer libro. Escrito por mi amigo Darío
Valdebenito, el 14 de octubre de 1971, lleva por título:
LIBRO…
Libro de palabras simples
Que tienes alma del amor jovenLibro de dulces flores y vivo polen
Que guías siempre a los niños tristes.
Nuestra vida es todo un libro
Escrito en llanto y con alegríaDe rosas rojas y blancos lirios
Que aclara noches y enternece días.
Libro, sano ejemplo del alma inquieta
Donde leyeron sabios y también poetasDonde el niño aprende sus primeras letras
Donde el verso puso su primera siembra.
Libro de la escuelita provinciana
Que me enseñó el rezo de DiosLibro de alegres mañanas
Que me inspiró un nuevo amor.
Mi corazón es un libro abierto
Sus hojas las mece el vientoLo alegra una musa y lo oprime el silencio
Nace en un valle y muere en el desierto.
Valparaíso, 1 de diciembre de 2012.